DIEZ ARGUMENTOS PARA CERRAR GAROÑA Y DESNUCLEARIZAR ESPAÑA Y EUROPA


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Este manifiesto para exigir el cierre definitivo de la Central Nuclear de Garoña lo han redactado un grupo de pioneros antinucleares de la década de los setenta: 

Por Navarra: Mario Gaviria, Facundo Salcedo, Abel Casado, Milagros Rubio, Patxi Tuñón.
Por Aragón: Jerónimo Blasco, Víctor Viñuales, Pedro Arrojo, José Manuel Marraco.
Por Cataluña: Santiago Vilanova, Xavier García, Pep Puig.
Por Euskadi: José Allende.
Por Extremadura: Juan Serna, Artemio Baigorri, Pedro Pazos.
Por Galicia: Pencho Santamarinas.
Por Madrid: José Manuel Naredo, Ladislao Martínez.
Por Murcia: Pedro Costa Morata, Pedro Guerrero.

Este grupo de personas se ha constituido con el nombre de ‘Grupo de Cortes ‘, dado que se reunieron del 26 al 28 de julio de 2012 al municipio de Cortes (Navarra).

El manifiesto está abierto a recibir adhesiones.

En Cataluña las adhesiones se pueden hacer llegar a:

gctpfnn@energiasostenible.org

1. La radiación es muy perjudicial y peligrosa aún en bajas dosis: no hay dosis inocua.

Los aproximadamente 7.000 millones de habitantes que ocupamos el planeta tierra somos supervivientes adaptados a la radiación solar, atmosférica y del suelo, y en la radiación de fondo. Esta es la principal causa por la que cualquier radiación añadida, por pequeña que sea, incluso en bajas dosis, puede afectar la especie humana. La energía nuclear nació con fines bélicos, se quiso transformar en átomos por la paz para producir electricidad y, después de 60 años de intentos y unas 450 centrales nucleares en el mundo, no llega a producir el 13% de la electricidad consumida en el planeta. Es una promesa incumplida, es la energía del futuro, el tiempo de la que ya ha pasado.

Las radiaciones no se ven, no huelen, no tienen sabor, y sus efectos a veces no se perciben de manera instantánea e inmediata ni pueden ser medidos en la salud humana. Por razones desconocidas a unas personas les afecta en su salud, en sus cromosomas, en su genética y a sus herederos, más que a otros. Hay un consenso científico universal que acepta el axioma de que no hay dosis inocua por pequeña que sea. Las centrales nucleares todavía funcionando correctamente emiten radiaciones legales y, en caso de accidente grave, pueden ser catastróficas. La energía nuclear es una energía muy peligrosa, como lo demuestran la multitud de accidentes nucleares ocurridos, siendo los más graves, hasta ahora:

Winscale (RU, 1957, Nivel
INES 5), TMI (1979, EE.UU., fusión casi total del núcleo, Nivel INES 5),
Chernóbil (1986, antigua URSS, fusión total del núcleo, Nivel INES 7),
Fukushima (2011, Japón, tres fusiones totales de núcleo en reactores 1, 2 y
3, nivel INES 7).

Algunos cálculos probabilísticos indican que el próximo caso de accidente nuclear catastrófico en el mundo pudiera producirse entre los siete y los diez próximos años o sea entre ahora y 2013 o 2023.

La Central Nuclear de Garoña empezó a funcionar en 1971 y nunca ha tenido permiso para funcionar 40 años. En 2009 solicitó un nuevo permiso de explotación provisional para funcionar otros 10 años más, nuevamente prorrogables, pero el Gobierno Zapatero acordó darle un último permiso de 4 años, decretando el cese definitivo de la su explotación el 9 de julio de 2013. A primeros de enero de 2012 el Consejo de Ministros solicitó un informe al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre la continuidad del funcionamiento de la planta. En su anterior informe de 2009 autorizaba inicialmente el funcionamiento de Garoña hasta el año 2019, pero el Gobierno sólo autorizó hasta 2013. En esta primavera y verano de 2012 debemos participar en el debate que acabe convenciendo al Gobierno de la no prolongación del funcionamiento de la Central Nuclear de Garoña más allá de 2013.

2. Un accidente grave podría afectar la salud de los habitantes de el Eje del Ebro 

La Central Nuclear de Garoña es igual que una de las tres que sufrieron la fusión del núcleo en Fukushima, está situada en cabecera del Río Ebro, unos 50 km en línea recta aguas abajo del embalse de el Ebro (que le proporciona caudal de agua de unos 700 hectómetros cúbicos al año por refrigeración). La central está situada encima de Miranda de Ebro (Burgos), a una distancia en línea de recta de unos 25 km, y a unos 50 km de Vitoria (País Vasco, que está celebrando el título de Capital Europea Verde en 2012).

Miranda de Ebro con unos 40.000 habitantes, y Vitoria con unos 160.000 habitantes, serían las áreas urbanas más inmediato expuestas a un accidente nuclear. Desde del Embalse de Ulibarri (Vitoria) se trasvasa el agua de la Cuenca de Ebro para el abastecimiento del Gran Bilbao. Vizcaya, con más de un millón de habitantes, está a poco más de 100 km en línea recta al norte de la Central Nuclear de Garoña.

Aguas abajo del Ebro nos encontramos con Logroño y La Rioja (con unos 300.000 habitantes), Tudela y la Ribera de Navarra del Ebro (con unos 140.000 habitantes), y Zaragoza y su entorno (con unos 850.000 habitantes). En el Eje del Ebro, entre Tudela y Caspe (Embalse de Mequinenza), podrían ser afectadas aguas abajo de Garoña un millón y medio de personas, parte de las cuales reciben agua en sus domicilios de los abastecimientos urbanos afectados por la central nuclear. En caso de accidente mayor o grave (niveles 6 y 7) de Garoña habría un efecto de radiaciones emitidas a la atmósfera que se dispersarían en función de los vientos dominantes durante días o semanas, y que convierte en potencialmente más afectados en las poblaciones y territorios más cercanos (Miranda de Ebro, Vitoria, Bilbao, y en menor medida Logroño, Pamplona, ​​Tudela y Zaragoza). 

Un accidente grave en Garoña, por la pérdida de refrigerante, como el que se produjo en tres de los seis reactores de Fukushima, podría ocurrir a raíz de una explosión de hidrógeno (como también sucedió en la central de Three Mile Island). La reacción del zircaloy, aleación que rodea las vainas del combustible, con el vapor de agua produciría óxido de circonio e hidrógeno, que en contacto con el oxígeno provocaría la deflagración y en consecuencia la fusión del núcleo (el temible «Meltdown»). La catástrofe sería inevitable (la documentación sobre el circonio se puede encontrar en el capítulo «Zirconium connection» del ensayo de Santiago Vilanova «Fukushima, el declive nuclear»). Las radiaciones en la atmósfera, depositándose sobre el suelo, afectan la salud de las poblaciones y territorios más cercanos. Los radionucleidos que afecten al agua del Ebro pueden tener no sólo efecto sobre la salud, sino sobre la economía del Eje del Ebro

3. Un accidente de nivel siete, con fusión del núcleo en la Central de Garoña, podría tener efectos catastróficos en la agricultura y la agroindustria del Eje del Ebro.

Con una afectación desigual para las comunidades autónomas de La Rioja, sur de Navarra y Eje del Ebro en Aragón hasta Cataluña. La radiación de las fugas de agua de Garoña al Río Ebro afectarían unas 100.000 hectáreas de riego a través de los Canales de Lodosa, Canal Imperial, Canal de Tauste y acequias derivadas del río, así como bombeos desde el Ebro a ambas márgenes. Estas 100.000 hectáreas de regadío que actualmente tienen un valor económico de unos 4.000 millones de euros, si fueran contaminadas por agua radiactiva podían dejar de producir, ya que los alimentos con contaminación radiactiva no tendrían mercado. Se podrían perder unos 20.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos en explotaciones agrícolas, unas 500 Grajas, unas 300 empresas agroalimentarias, incluida la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, etc. Probablemente la mayor catástrofe económica y gastronómica la sufriría el sector agroalimentario: adiós al vino de la Rioja, adiós a las hortalizas de Navarra, adiós a la carne ya las frutas de Aragón en el Eje del Ebro, adiós al arroz y hortalizas del delta del Ebro.

4. Ante una catástrofe nuclear, Nuclenor, la empresa propietaria de la central nuclear de Garoña tiene limitada responsabilidad civil a terceros a 1.200 millones de euros. El resto de las indemnizaciones dependerían de hasta donde fuera capaz de llegar al Estado, y de su capacidad de endeudamiento …

Es poco conocida que desde la firma de la Convención de París de 1960 ninguna compañía eléctrica ni consorcio nacional o internacional de seguros cubre todos los riesgos de la catástrofe de una central nuclear. El Consorcio de Seguros Español, que es probablemente el más antiguo y de los mejores del mundo, nació en los años 50 del siglo XX, del Régimen Anterior, y cubre ciertos riesgos de catástrofes naturales, pero no cubre todo el riesgo catastrófico de una central nuclear.

Por tanto, debe quedar claro que ni en España ni en otro país del mundo las compañías de seguros responden ante los accidentes catastróficos de una central nuclear. En Fukushima, donde un año después de la fusión del núcleo de varios reactores nucleares, continúan desalojadas 80.000 personas de un radio de 20 km, y la indemnización recibida ha sido de 8.000 euros por persona desplazada. Cuesta creerlo, pero es así. Son 80.000 desplazados que han perdido la casa, sus tierras, sus negocios, sus afectos y memoria histórica, recibiendo en compensación sólo 640 millones de euros. La ley japonesa sólo obliga a las empresas nucleares a una indemnización a las víctimas, limitada a 1.000 millones de euros. Debe quedar claro a la población, a los propietarios, a los empresarios, los Gobiernos Autonómicos, los ayuntamientos situados en el Eje del Ebro, que la Central Nuclear de Garoña en caso de accidente mayor o grave (niveles 6 y 7) tiene la responsabilidad civil limitada a 1.300 millones de euros sin el apoyo ni la garantía ni las indemnizaciones del Consorcio de Seguros ni de ninguna otra compañía de seguros.

En una situación de déficit público y de crisis económica tan grave como la actual no parece razonable someter al Estado y a las comunidades autónomas a un riesgo financiero tan alto, derivado de una catástrofe nuclear en caso de que se prolongara la vida de la Central Nuclear de Garoña hasta el 2019. La situación financiera de España hasta el año 2020 será tan débil que no podría responder a una catástrofe derivada de una central nuclear. La energía nuclear y la Central Nuclear de Garoña en concreto ponen en peligro y riesgo la solvencia del país y del Estado (incluso del sistema eléctrico). Alemania lo ha visto claro y ha decidido el cierre nuclear definitivo.

5. La Central Nuclear de Garoña debe cerrarse, ya que no es imprescindible para el abastecimiento eléctrico ni de España, ni del Valle del Ebro, ni del País Vasco

Garoña está situada en la Comunidad de Castilla León, y tanto ésta Comunidad como Aragón y Navarra, sin nucleares, son excedentarias, amplísimamente excedentarias en producción eléctrica. Esto quiere decir que la central nuclear de Garoña se puede cerrar a final de 2013 sin que sufra la garantía de potencia ni el abastecimiento eléctrico de Castilla León y el Valle del Ebro que son excedentarios en producción de energía eléctrica.

En el sistema eléctrico español gestionado por Red Eléctrica de España (REE, operadora y transportista de alta tensión), es bien conocido que la mayor parte de la producción eléctrica de Garoña se dirige al País Vasco. Lo mismo con los 1.200 MW de los tres ciclos combinados de gas en Castejón, en Navaterra (Navarra envía a la Comunidad Autónoma Vasca aproximadamente el 40% de su energía eléctrica excedentaria). Todo lo anterior significa que hay capacidad de generación eléctrica y garantía de potencia para abastecer desde el operador eléctrico REE en el País Vasco y en el resto del sistema eléctrico español. Es poco conocido que España tiene en esta primavera del año 2012 unos 96.000 MW de potencia eléctrica instalada, aproximadamente el doble de la potencia instalada necesaria para abastecer las puntas de consumo de julio o enero-febrero, que están en unos 46.000 MW h. Así pues, ni a nivel del Valle del Ebro ni de Castilla León, Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y Aragón ni en el conjunto de todo el Estado Español tendría ningún efecto eléctrico el cierre de la Central Nuclear de Garoña.

A la crisis financiera y a la crisis del Estado del Bienestar Europeo no se les puede someter al riesgo de una catástrofe nuclear y energética, que hundiría a Europa y a España en una situación límite … sin posibilidades de endeudarse más para financiarla …

6. El cierre de Garoña se justifica por la responsabilidad ética del riesgo evitable.

El modelo de actuación política en la toma de decisiones aplicado por Angela Merkel al paro nuclear de Alemania se basó sobre todo en razones éticas. La presidenta impresionada por la información que le llegaba de Fukushima declaró en una entrevista al Periódico Alemán Die Zeit, el 12 de mayo de 2011, que tenía tomada la decisión del abandono nuclear de Alemania: «no esperaré a que un riesgo que yo juzgaba como teórico y aceptable sea una realidad «. Durante el mes de abril se reunió una Comisión Ética nombrada por Angela Merkel, formada por 17 expertos representantes del mundo económico, científico y religioso, que elaboró ​​un documento destinado a asesorar el Gobierno y que fue decisorio para optar por la desnuclearización.

El cambio profundo de Alemania liderado por su presidenta es muy sencillo de entender: A partir de Fukushima el riesgo teórico y aceptable de la energía nuclear deja de ser aceptable y se convierte en tan real que hay que impedir el riesgo. En cierto modo Angela Merkel reconoce que no es ético exponer a la población a un riesgo ante el que ni las empresas ni el Estado responden, es decir, el riesgo nuclear se convierte inaceptable. Este es el razonamiento que debe aplicarse al cierre de la central nuclear de Garoña y, a medida que vaya llegando su fecha legal, a el resto de las centrales nucleares existentes en España.

El sistema eléctrico alemán y el sistema español son probablemente los dos mejores del mundo en países de más de 46 millones de habitantes y tienen bastantes analogías. Tienen una alta garantía de potencia instalada en cuanto a las puntas máximas y pueden hacer la transición al 100% renovable con gas: España con gas de Argelia, Libia, Emiratos Árabes, etc. y Alemania con ciclos combinados a partir del gas ruso y con carbón polaco y alemán. La transición costará unos 30 o 40 años tanto en Alemania como en España, que se asemejan también al ser líderes mundiales en energías renovables, eólica, solar fotovoltaica y termoeléctrica. Alemania tiene también un porcentaje de energía hidroeléctrica similar al de España, y un porcentaje de energía eléctrica nuclear que ahora va a cerrar parecido al de España (un 20%).

El paso inmediato no lo hará el Gobierno Español en la dirección del modelo energético desnuclearizado alemán, pero si desde el Valle del Ebro, especialmente desde Navarra, Aragón y La Rioja, se podría abrir un debate, coordinar una estrategia, incluso convocar un referéndum, para el cierre de Garoña al final del 2013. En términos geopolíticos y geoestratégicos no deja de ser paradójico que Europa y España estén siguiendo las directrices económicas de austeridad, ahorro, supresión del déficit público propuesto por Alemania, mientras que en la política energética está actuando de manera contraria: se suprimen las primas y el desarrollo a las energías renovables, y alarga la vida de las centrales nucleares. Navarra, y especialmente Zaragoza en el Valle del Ebro, están liderando con Alemania y Dinamarca las energías renovables, y además disponen de un liderazgo en el sector agroalimentario. El Valle del Ebro produce alimentos para sus 3.2 millones de habitantes y para otros 7 millones más. Lo mismo se puede conseguir no con energía nuclear, sino con energías renovables. 

7. Tenemos derecho a disfrutar tranquilos del capital público y de nuestro trabajo acumulado en los últimos 100 años

El Valle del Ebro puede liberarse de la dependencia y el riesgo nuclear y dedicar todo su esfuerzo a la producción de alimentos y electricidad renovable, sostenible, descarbonizada. Reunimos todas las bases para lograrlo: baja densidad de población; 12.000 hectómetros cúbicos de agua al año; unas 2.300 horas de sol al año; unas 2.300 horas de viento al año. Somos excedentarios en electricidad y alimentos, y podemos crecer en la economía verde. Queremos salvar del riesgo nuclear a nuestro valle estable, seguro, con buena vida y buena gente. Con mucho trabajo y buena gestión pública y privada hemos acumulado todas las más modernas, mejores y recientes infraestructuras en agua, energía, transportes, comunicaciones, etc. (Excepto en Ascó y Garoña). Tenemos a Zaragoza, Pamplona o Vitoria-Gasteiz entre las 10 mejores ciudades del mundo en sus respectivas medidas. Disponemos de edificios y equipamientos sociales, educativos, sanitarios, culturales, deportivos, recreativos, religiosos, de ocio, de los más completos del mundo. Disfrutar es nuestro gozo merecido. No debemos aceptar el riesgo de una catástrofe nuclear que echaría a la basura nuestro capital público y social acumulado. Cerremos Garoña.

8. La crisis financiera del Estado del Bienestar Europeo se irá transformando en una crisis económica y de la competitividad, que tendrá su punto más débil en la dependencia energética española y europea.

Después de cuatro años de crisis financiera se produce un estancamiento económico de Japón, Europa, incluso de EEUU, con un estancamiento de la demanda energética que enmascara el punto débil de la economía europea: la dependencia energética del petróleo y el gas importados que, a su vez, enmascara la dependencia alimentaria.

Esta es la razón por la que, en el futuro, serán inseparables la demografía, el agua, los alimentos, y los kilovatios sostenibles. El modelo para el Valle del Ebro, Navarra, Aragón y La Rioja aquí propuesto fue pionero en la introducción de las energías renovables y puede serlo también en la sostenibilidad alimentaria y energética para el 2050 (100% renovables).
El modelo alemán-danés-nórdico es la solución alternativa al fracaso del modelo francés nuclearizado.

9. El cierre de las centrales nucleares debe ir acompañado de la supresión de las armas nucleares. Sólo así España, Europa y el planeta tendrán un nuevo futuro de paz y seguridad


La utilización energética de la energía nuclear después de 50 años de experiencia del programa 
«Átomos para la paz»  está en situación de declive: la electricidad de origen nuclear no llega al 13% del total de la producción eléctrica mundial.

En marzo de 2012 la revista británica The Economist publicó un suplemento dedicado a la energía nuclear titulado «The nuclear energy that failed» (La energía que fracasó). The Economist, revista de quiosco con difusión mundial, es la mejor y la más importante revista económica, política, social y liberal (de centro derecha) desde su fundación en 1843. Tiene sedes de redacción en unos 20 países y una excelente unidad de investigación, inteligencia y análisis.

Sobre la energía nuclear mantiene que seguirá, en parte, funcionando a lo largo del siglo XXI sin que se puedan esperar tasas importantes de crecimiento. The Economist señala claramente que los dos puntos débiles de la energía nuclear han sido, primero la seguridad y, segundo la no competitividad en precios y costes. Señala que es muy poco probable que estas tendencias cambien a lo largo del siglo XXI. Mientras las aproximadamente 450 centrales nucleares existentes en el mundo intentarán prolongar su vida activa hasta los 60 años, sin el tratamiento de los residuos radiactivos. Ante las dificultades de abastecimiento de uranio, sobre todo por la presencia de Al Qaeda en el Sahel y de la revolución tuareg (Níger, Mali, etc.), ya que los tuareg quieren controlar también la minería de uranio y se hace cada vez más difícil su aprovisionamiento (hay 12 ingenieros franceses de las minas de uranio secuestrados en el norte de Mali que los islamistas acaban de declarar independiente segregando del resto de el Estado de Mali).

Paralelamente EEUU y Rusia están haciendo un gran esfuerzo, exitoso,  por la desmilitarización y la desnuclearización de sus respectivos armamentos. Es poco conocido que los rusos han ido suprimiendo como armamento las cabezas nucleares de los cohetes que están siendo reutilizadas …, como combustible para las centrales nucleares estadounidenses!

La Conferencia sobre la desnuclearización Militar celebrada en marzo de 2012 en Seúl (Corea del Sur), reunió 45 países, entre ellos España. La preocupación mundial está en Corea del Norte, Irán, Israel y Pakistán, que plantean un cierto riesgo de conflicto nuclear.

Afortunadamente, en la Unión Europea sólo Inglaterra y Francia disponen de armamento nuclear. Afortunadamente también, otros países como Alemania, España o Suecia han firmado el»Tratado de no proliferación nuclear «, es decir, que sus centrales nucleares irán cerrando y no disponen ni aspiran a tener armas atómicas. Esta es la fuerza futura de España y la Unión Europea. Es muy probable que Alemania, España, los países nórdicos y el resto de Europa, excepto Francia e Inglaterra se encaminen en los próximos
decenios hacia la creación de una Europa desnuclearizada, no sólo de armas, sino también de centrales nucleares y sus residuos.

En el caso francés es evidente que la propia crisis económica y financiera hará a largo plazo inviable las mismas centrales nucleares francesas envejecidas. Todo lo anterior, visto en el contexto de la crisis financiera y económica, parece indicar que la energía nuclear tiene un futuro poco brillante y competitivo frente a las energías renovables. La Unión Europea, una vez salvado el Estado del Bienestar, irá liderando en el futuro, no sólo la sostenibilidad, sino la seguridad alimentaria y energética, estrechamente relacionadas con la salud pública y la paz.

10. Ante una catástrofe nuclear en Garoña, los accionistas de las empresas propietarias de Nuclenor verían como sus acciones se devaluaban hasta dejar de tener ningún valor

La empresa japonesa Tepco, propietaria de 50 centrales nucleares todas en paro, acaba de quebrar. El Estado Japonés ha tenido que hacerse cargo de la empresa y de la ruina. Nuclenor, la empresa que tiene la propiedad de la Central Nuclear de Garoña, está participada al 50% por Endesa e Iberdrola. La propiedad de Endesa recae en un 92% sobre Enel (la empresa cuya propiedad tiene el Estado Italiano – directamente un 21,4% y indirectamente un 10,2% -, estando el restante 70% flotando en el mercado). La propiedad de Iberdrola se reparte entre ACS (12,6%), Residencial Monte Carmelo (7,77%), Aurrezki Kutxa Eta Bahitetxea Bilbao Bizkaia Kutxa (7,18%), Bancaja Inversiones (5,74%), Castellón y Alicante Caja de Ahorros de Valencia (5,74%), Natixis (4,94%), Autocartera (0,25%), Víctor Urrutia Vallejo (0,17%), José Ignacio Sánchez Galán (0,05%), Ricardo Álvarez Isasi (0,03%), etc.

Todas estas entidades y todas las personas que sean accionistas de Endesa e Iberdrola, ante un accidente grave con pérdida de confinamiento del núcleo del reactor, verían como el valor de las Sus acciones cae en picado hasta perder todo su valor, ya que la empresa Nuclenor no tiene capacidad financiera para cubrir los daños de un accidente nuclear como el ocurrido en Japón. Ya lo dice el refranero: Cuando las barbas del vecino veas pelar
(Fukushima – Tepco), pon las tuyas a remojar (Garoña-Nuclenor).

ANEXO 1: EN RECUERDO DE Gladys del Estal.

Hace 30 años que logramos detener la central nuclear de Tudela y en aquella lucha que ganamos, perdimos a Gladys que murió asesinada junto al puente que cruza el Ebro en Tudela. Con ella también nos viene al recuerdo aquella jota que «no deben poner en Tudela, una central nuclear y en su lugar habrá rosas como Gladys del Ahorro «.

Publicado el diciembre 13, 2012 en contaminacion, NOTICIAS JAPÓN y etiquetado en , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

  1. Vitoria tiene 245.000 habitántes

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