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2013: más recesión, más paro y más deuda
Por Roberto Centeno
Los resultados económicos del primer año de gobierno de Rajoy han sido sencillamente catastróficos, con la mayor pérdida de renta y riqueza para los ciudadanos desde la Guerra Civil. Y lo que es peor, todos los problemas esenciales siguen sin resolverse: un modelo de Estado inviable e intrínsecamente corrupto, un sector financiero insolvente cuyos balances siguen sin ofrecer credibilidad alguna, y un déficit fuera de control. Solo la actuación del BCE, del que dependemos total y absolutamente, y que nos ha prestado la increíble cifra de 242.000 millones en un año, ha evitado la suspensión de pagos. Pero no para resolver nada, sino solo para ganar tiempo electoral, a coste de una brutal acumulación de deuda –que ha crecido el 15% mientras la economía caía un 1,6%- ya imposible de devolver.
Carta a Rajoy por anónimo
Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta. Usted y sus ministros.
Se lo digo así, de entrada, porque sé que nunca va a leerme, como nunca lee usted libros, ni nada más que periódicos deportivos como usted mismo ha confirmado, jactándose, como buen español de ser un ignorante. No se engañe, por eso lo han votado tanta gente. Perdonen los demás el exabrupto, pero es que está demostrado que somos lo que nuestros padres nos han educado, y si usted y sus ministros son como son, es porque sus madres muy bien no lo han hecho. A pesar de los colegios de pago, de pertenecer a la oligarquía de épocas dictatoriales, etc.
España: Golpe de estado social
Siempre creí que si alguna vez el ejército español, cuya misión es «garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional» (artículo 8 de la Constitución), se desplegaba dentro del territorio del Estado, sería para defender su sacrosanta unidad territorial. Pero mira por dónde resulta que el gobierno socialista militariza el espacio aéreo y decreta el estado de alarma, por primera vez desde la aprobación de la ley que la regula, con el objetivo de reprimir una contestación laboral. Con la inestimable ayuda de los medios de comunicación, por supuesto.