MANUAL DE SUPERVIVENCIA PARA TIEMPOS DE CÓLERA
25 de septiembre de 2010
Antes de final de año quedará claro que no va a haber ninguna reactivación de la economía española. Eso sí, el futuro dejará de ser incierto: aquí no hay ningún futuro, España está ya en quiebra técnica. Por eso, los Presupuestos Generales del Estado, por primera vez en su historia, se han reducido un 8% respecto al año anterior. El PIB se hunde a fuerza de cierres de empresas, y la deflación de ciertos productos de lujo no engaña a nadie: la inflación de bienes de primera necesidad (la factura eléctrica ha subido un 7,5% en un año) es, y lo será más aún, galopante.
El Gobierno del Estado, y los diecisiete infragobiernos de las saprofitas autonomías, han de lidiar con una primera Huelga General el 29 de septiembre. Pero ésta, tan amañada como las primarias del PSOE de Madrid, no es nada comparada con lo que se les viene encima después. Con más de seis millones de parados (cifra real), habiendo perdido ya dos millones de puestos de trabajo netos —y sustituido otros dos millones de empleos fijos por precarios—, con un empleo en caída libre, con los valores de los millones de pisos adquiridos bajando en correlación con el empleo, con el consumo paralizado, la confianza general por los suelos y con los cierres de empresas creciendo como una riada monzónica, las condiciones para una revolución violenta están sobre la mesa. El Gobierno, acostumbrado a tratar con acomodaticios e incultos borregos, ha venido comprando hasta ahora su silencio —la “paz social”— con cuantiosos sobornos a los sindicatos nacionales y prórrogas de mini-subvenciones de 420 euros para desempleados sin subsidio. Pero se le ha terminado el dinero. No ya el de este año, sino del próximo medio siglo. De modo que la cólera social paralizará el Estado en el primer semestre de 2011, en cuanto se produzcan insostenibles retrasos en el pago de las nóminas de los funcionarios.
España va a entrar, lo quiera o no, en una era de ascética frugalidad sin precedentes. Es, por lo tanto, urgente para la nación promover el siguiente paquete de medidas:
1. Liquidar el sistema autonómico y todos los entes administrativos distintos de ayuntamientos y Estado: Diputaciones, Consejos Comarcales, empresas municipales, veguerías, concejos, mancomunidades y demás pozos sin fondo para el dispendio. Echar a la puta calle a la caterva de falsos “asesores” de toda la clase política en el poder. Que les paguen de una vez los partidos para los que trabajan.
2. Reducir tanto como sea necesario la jornada laboral y proporcionalmente el sueldo de los cientos de miles de funcionarios y burócratas excedentes, tanto autonómicos como locales y estatales.
3. Anular la abusiva cláusula que articula la ruina del hipotecado cuando le embargan la vivienda por impago. La dación debe cancelar la deuda, como en el resto del mundo civilizado. Y si a Botín y sus secuaces no les gusta, que se exilien a Madagascar, como pronto hará la familia real, la nobleza y la plutocracia española entera. Los bancos, responsables de la crisis porque ofrecieron financiaciones de hasta el 120% de los ya sobrevalorados pisos, persiguiendo a lazo a compradores de cualquier nivel de solvencia, deben comerse ahora los impagados. E ir a la quiebra todos los que no lo resistan.
4. El Banco de España debe hacerse cargo de las entidades financieras que suspendan pagos, abriendo sus oficinas como propias (BdE/Santander, por ejemplo) con los recursos del Estado, emitiendo moneda contra el valor de esas propiedades inmobiliarias embargadas a su valor real no especulativo, poniéndolas en alquiler a precios razonables. Aunque España sea expulsada por ello de la moneda única, el trance de retornar la deuda será, tras una devaluación, bastante menos ruinoso que seguir dejando pasar el tiempo a la espera de un milagro que no puede producirse.
5. La austeridad administrativa burocrática debe ser absoluta: las pensiones de los políticos no pueden rebasar en total la máxima de 24.000 euros anuales ni producirse antes de la edad reglamentaria. Nada de suplementos que no sean pensiones privadas. Los políticos han sido unos sinvergüenzas, negligentes e incompetentes. No merecen más que nuestro más absoluto desprecio.
6. El pesebrismo, la subvención y la corrupción que tanto encarecen el funcionamiento presupuestario del Estado deben ser erradicados de España. Todo el dinero que se deje de consumir por esos conceptos se aplicará en medidas de sostén social, como los bonos de alimentos para las familias desfavorecidas. ¡Es el Estado, y no Cáritas Diocesana, quien tiene la obligación de alimentar a las víctimas de la crisis que no ha sabido evitar!
7. La Democracia Formal y Garantista debe instaurarse en la nación, con un férreo control ciudadano de la casta política. La independencia de poderes debe oficializarse mediante urnas separadas, y la representatividad, mediante elecciones de diputados en circunscripciones uni-nominales. Y el Presidente habrá de ser elegido por todos los españoles (no por los diputados) a doble vuelta. Todos los partidos que no observen una rigurosa democracia en su funcionamiento interno deben ser expulsados del arco parlamentario. Ninguno será marginado por cuestiones de ideología. Pero tanto partidos como sindicatos deberán financiarse por sí mismos, con las cuotas de sus afiliados, quedando su sostén fuera de los Presupuestos Generales.
8. El sistema impositivo debe ser radicalmente progresivo. Las rentas altas han de cotizar lo que no pueden ni deben aportar las bajas. Si ello provoca fuga de hijos de puta insolidarios con sus capitales, pues adiós y que les vaya bien. Pero en otro sitio: España no los quiere ni los necesita.
9. Modificar el Código Penal para instaurar el delito de especulación. Los beneficios de las empresas deben ajustarse a un máximo racional que no engorde el problema del exceso de capitales, que todo lo corrompe. Rebasado ese máximo, el resto debe recaudarlo el Estado. Si a un empresario esto le parece intolerable, que cierre y monte su empresa en Brasil. En España no cabe el hijo-putismo que nos ha traído tantas desgracias.
10. El Estado debe acometer un ambicioso Plan de Obra Pública y Comunicaciones para que el empleo se reactive: vías férreas, autopistas, presas. No importa el costo, aunque sea astronómico: pues el Banco de España emitirá el dinero necesario con la garantía y el aval de las propias obras públicas, que son de enorme valor. De este modo, no sólo habrá trabajo y se moverá la economía toda, sino que, al final de la crisis, España habrá mejorado y dispondrá de las infraestructuras necesarias para un crecimiento posterior sostenido y firme.
Y ahora os diré cómo se consigue poner en marcha todo lo anterior:
Mediante todos los resortes de la rebelión civil y la insumisión fiscal. Pero, os preguntaréis de dónde sacarán el valor para eso los subyugados españoles. Pues de dos fuentes de energía revolucionaria prácticamente inagotables en estas circunstancias:
– De la desesperación ante el callejón sin salida a que los han llevado los mandarines del país, el paro, el desahucio y el hambre;
– De la emulación de comportamientos, de la imitación de aquello que hacen otros para salir adelante. Y para que esos ejemplarizantes comportamientos no sean la delincuencia, el pandillaje de secuestradores y atracadores callejeros, habremos de ser los españoles conscientes, despiertos, los que demos ejemplo organizándonos:
1. Creando pequeñas comunidades autogestionarias (basadas en la Verdad y la Lealtad, por lo que jamás permitiremos el acceso a ningún militante de partido) para conseguir: compras a granel en origen, economía de escala, comedores colectivos, ADSL comunitaria, cajas de resistencia, colectivización del cuidado de niños y ancianos del grupo, intercambio de bienes y servicios gratuitos o sin impuestos. Esos grupos tendrán un número de miembros variable, práctico, posibilista y de origen diverso: bien familiares todos, o amigos, o compañeros de trabajo, o gente comprometida con unas ideas comunes… Las condiciones de pertenencia son libres, aunque asumidas por unanimidad.
2. Coordinándonos, simbiotizándonos, con otros grupos (ácratas o no, pero nunca de partidos) para exigir (no rogar): a los municipios, que nos proporcionen locales y medios públicos para ejercer nuestra labor; y al Estado, la implantación de los bonos de alimentos gratuitos (como los que ya sostienen a más de 60 millones de norteamericanos). Aunque sabemos que jamás nos darán un soplo en un ojo. Pero ello justificará y hará inevitable el siguiente punto:
3. Plantando cara al Estado, que ya no asume más función que la de sostenerse a sí mismo, negándonos a pagar impuestos (tampoco habrá mucho que pagar, la verdad), dejando claro que no cejaremos en nuestra firme postura hasta que se cumplan los diez puntos señalados más arriba. Para ello debemos contar con un potente equipo legal, como el de cualquier OCU o asociación, cuyo principal argumento será la ausencia de democracia en España.
Antes de fin de año sucederá otra cosa: Tengo la convicción, casi la certeza, de que el Poder clausurará este diario revolucionario. De modo que debemos pensar y trabajar todos muy deprisa. Y no perdáis el tiempo, porque, aunque ya no sea oro, es irreemplazable y muy escaso. Buena suerte a todos, compañeros.
AUTOR: MESS
Fuente: http://www.acratas.net/
Publicado el septiembre 25, 2010 en Crisis económica mundial y etiquetado en acratas, autor, corralito, corrupcion, crisis economica, default, españa, estado español, huelga general, manual, mess, paro, politicos, quiebra, superviviencia, suspension de pagos. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
BIEN DICHO, PERO A VER COMO COÑO ARTICULAMOS TODO ESTO.
NO ES TAN FACIL, ESTO SOLO SERA POSIBLE, SI LA GENTE PASA HAMBRE DE VERAS, MIENTRAS LA GENTE TENGA PARA COMER..NA DE NA…NO HAY REVOLUCIONARIOS CON LA PANZA LLENA.
¿Y no falta algo? Abolir la monarquia, no? Y tampoco vendria mal una ola de nuevos y buenos politicos que aporten nuevas ideas, pero claro no les interesa.
Menos sector público y más sector privado, necesitamos calidad no cantidad hay demasiados borregos comiendo de la olla gorda y así no vamos a ningún lado.
Saludos